Tengo claro que prosperar significa crecer espiritualmente en todos los aspectos. Dios me proporciona ahora prosperidad para mi mente, mi cuerpo y mis asuntos. Sus ideas se revelan frecuentemente dentro de mí y me traen salud, riqueza y perfecta expresión Divina.
Me encuentro satisfecha en mi interior, ya que siento la Vida de Dios que le da vitalidad a cada átomo de mi ser. Sé que la Vida ahora me anima, me sustenta y me fortalece. En este momento manifiesto un cuerpo perfecto y radiante, completo de vitalidad, energía y poder.
Mi negocio o profesión es una actividad Divina y, como es una cuestión de Dios, es exitosa y próspera. Imagino y siento una entereza interna que funciona mediante mi cuerpo, mi mente y mis asuntos. Doy gracias y me satisfago en la vida abundante.
Yo soy la presencia de Dios en mis negocios, en mi vida y en todos mis asuntos.
Yo, como hija de Dios, no puedo carecer de nada, mucho menos de dinero cuando éste es el símbolo de la sustancia y la abundancia de Dios en la tierra.
Yo soy la riqueza de Dios. Yo soy la afluencia y la abundancia de todo lo que yo puedo necesitar.
Como es arriba, es abajo. Y si arriba tengo yo la paz y el ordena, abajo no puedo tener angustia y desorden. Arriba y abajo son una misma cosa.
Gracias padre, que me has oído y siempre me oyes.
Gracias por estar en mi vida Dinero. Te amo y te bendigo.
Te ordeno que vayas a alimentar y vestir a las personas necesitadas, y traigas alegría, libertad, salud y bienestar a la gente, y te ordeno que vuelvas a mí en cientos y miles de euros (dólares o la moneda que uses).
Gracias! Gracias! Gracias! Te amo!
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